Si bien las nuevas generaciones forman parte de los llamados “nativos digitales”, los expertos que están impulsando las tendencias en salud no conocen a profundidad los gustos, deseos y formas de aprender e interactuar de los jóvenes con la tecnología, por el mismo hecho de pertenecer a diferentes generaciones digitales. De acuerdo con lo anterior, revisamos el estudio Young people learning about health: the role of apps and wearable devices Goodyear, Armor, Wood (2019) realizado por profesores investigadores de la Universidad de Birmingham en Reino Unido.
Dicho estudio presenta nueva evidencia sobre como los jóvenes buscan y usan distintos tipos de dispositivos y aplicaciones relacionados con la salud. De este modo permite comprender los retos y oportunidades de mejora en las tecnologías para este público objetivo.
De un total de 235 encuestados se pudo ver que un 35{78ea2efa4f54768a4fd28ec9aabda2606270875a2a4af069d5100cdd6b2f9265} de los jóvenes usan actualmente una aplicación o un dispositivo portátil asociado con la salud. Este porcentaje se divide a su vez entre los que usan una aplicación de salud, un dispositivo relacionado con la salud y los que usan ambas opciones.
Del estudio se observa las siguientes oportunidades de mejora para este tipo de aplicaciones:
Contenido fácil y eficiente:
La misma hace referencia a la usabilidad, practicidad y utilidad para las personas y como se adaptan a su ritmo de vida. Aunque en algunos casos, pueda haber la percepción de que tengan un efecto limitado en los resultados que los jóvenes podrían esperar de las aplicaciones y dispositivos.
Contenido personalizado:
Una de las oportunidades más grandes de este tipo de aplicaciones, vendría siendo la dificultad de adaptarse a las necesidades de cada usuario, sin ser genéricas, teniendo incluso un mayor nivel de personalización por género, edad u otros factores que podrían considerarse como una oportunidad basada en los resultados que se esperan y de la minimización de efectos adversos que estas tecnologías podrían llegar a provocar al manejarse genéricamente.
Se pudo observar cómo hubo un mayor uso cuando las aplicaciones y dispositivos se adaptaban a las necesidades y particularidades de los usuarios, causando por otro lado decepciones al no recibir lo que esperaban.
Contenido social:
Se mostró como el uso de las tecnologías en salud por personas cercanas como amigos o familiares, marcaban un impulso en el interés para su utilización, aumentado incluso por el uso extendido por su entorno social (aunque también se muestra que, a largo plazo, se podría perder el interés en las mismas).
El estudio muestra que los jóvenes accedían a estos contenidos si lo consideraban socialmente relevantes, siendo aquí en donde puede haber grandes oportunidades si se logra estimular el uso colectivo del entorno social.
En conclusión, el panorama de la salud digital sigue siendo emergente, pero el mismo se está expandiendo a un ritmo acelerado. La recomendación será estar atento a las necesidades y particularidades de cada público, ya que está comprobado que tanto adultos y jóvenes aprenden e interactúan de forma diversa. Comprendiendo y adaptando de mejor manera el cómo se está desarrollando esta área de la salud, garantizando a futuro un mayor compromiso de las nuevas generaciones con las tecnologías de salud digital, con mayor participación, mayores índices de recurrencia y una masificación en el uso para la mejora de su salud, sin traer consigo efectos adversos.
Para consultar más sobre la temática del estudio, le invitamos a acceder al enlace y profundizar en los datos, análisis y resultados del mismo:
Victoria A. Goodyear, Kathleen M. Armour & Hannah Wood (2019) Young people learning about health: the role of apps and wearable devices, Learning, Media and Technology, 44:2, 193-210, doi.org/10.1080/17439884.2019.1539011
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